La reciprocidad es, al fin y al cabo, un hecho, más allá de pulsiones individualistas. No se puede evitar estar envueltos en un sin fin de redes relacionales en las que el efecto de nuestra forma de encarar el mundo y las personas que nos rodean recorre un camino de ida y vuelta. Ahora bien, cómo integrarnos en esa reciprocidad desde el deseo de tú y yo nos complementemos…