Más que sobre la timidez como tal, nos preguntamos qué es lo que, a veces, nos hace encogernos ante la vida y quienes nos rodean. Somos lo que somos por lo que hemos vivido. En algún momento hemos aprendido a temer, a negar; pero también a abrirnos y soltar. Todavía podemos, no dejar de ser tímidxs -quién sabe- sino aprender a soltarnos.