Salir del miedo es, también, salir de la confrontación. Quizás, es momento de abandonar esa idea de que hay que tolerar a quien es diferente para comenzar a nutrir el deseo de aceptar la diferencia, acogerla y abrazarla. Para ello, paradójicamente, hay que confrontar un orden de situaciones. Pero confrontar ese orden requiere de la colaboración entre lxs de abajo, la creación de tejido comunitario y la unión real.