Si no nos preguntamos el por qué de determinados ritos, estos pierden su sentido. En todo caso, preguntarnos, de vez en cuando, por qué hacemos lo que hacemos, nos sirve para hacer balance, situarnos y recuperar la frescura de nuestros vínculos con la propia vida. Después de 20 años, nos preguntamos ¿qué es lo que nos hace volver, una y otra vez, a juntarnos y encontrarnos? Intentaremos responder, con más preguntas…