Reencontrarnos con la naturaleza es reencontrarnos con nosotrxs mismxs. Reencontrarnos con ella, más allá de romanticismos, de idealizaciones y sentimentalismos, implica repensar una manera de estar en el mundo fundada en la idea de que es posible dominarla y someterla sin que una parte importante de nosotrxs mismxs salga dañada.